Los sistemas de seguridad autónomos deben incluir una serie de elementos clave para garantizar un control total sobre todo lo que sucede en la empresa. En este sentido, contar con cámaras de vigilancia autónomas es un requisito indispensable para automatizar todo el proceso de vigilancia y control, y así garantizar un mayor nivel de protección.
Qué es un sistema de vigilancia autónomo
Un sistema de vigilancia autónomo es una tecnología avanzada que utiliza cámaras de vigilancia que no dependen de la red eléctrica o de una toma de internet para su funcionamiento. Se trata de sistemas que emplean baterías para acumular la energía, implementan sistemas de generación de energía solar y que utilizan tecnología de datos móviles para acceder a la red (3G, 4G o 5G).
Este tipo de sistemas es cada vez más común en diversos sectores como la seguridad, la monitorización industrial o la vigilancia en el transporte, entre otros.
Apostar por un servicio de verificación de alarmas especializado en sistemas de protección perimetral es la mejor alternativa para contar con un sistema autónomo de vigilancia que eleve la seguridad de una empresa, recinto u organización.
Tipos de cámaras de vigilancia
En el mercado hay presente una amplia variedad de tipos de cámaras de vigilancia donde seleccionar la que mejor se adapte a cada necesidad o empresa. Veamos cuáles son los principales tipos de cámaras de vigilancia existentes:
Cámaras convencionales
Las cámaras convencionales son las que se utilizan luz natural o diurna y que se emplean en los sistemas de seguridad para controlar zonas de forma remota.
Cámaras térmicas
Este tipo de cámaras usan los rayos infrarrojos para detectar el calor de los objetos, por lo que son ideales para monitorizar durante la noche en condiciones de poca luz ambiental.
Cámaras autónomas
Son modelos de cámaras que son capaces de realizar distintas funciones de forma autónoma sin la necesidad de que un operario active la funcionalidad (por ejemplo comenzar a grabar cuando detectan una presencia o girarse cuando detectan un movimiento).
Además, las cámaras autónomas generan su propia energía para no depender de una toma de corriente.
Cámaras domos PTZ (pan-tilt-zoom)
Las cámaras PTZ son muy interesantes porque incorporan una rotación que puede ser de 360 grados horizontal y 180º de inclinación vertical, por lo que son ideales para cubrir zonas de forma global o completa.
Es importante destacar que muchas cámaras de videovigilancia combinan características de distintos tipos de cámara, incorporando rotación, generación de energía autónoma, detección de movimientos o uso de infrarrojos, entre otras.
Cámaras inalámbricas
Son cámaras de videovigilancia que se conectan al sistema utilizando wifi u otras tecnologías inalámbricas. Se trata de modelos ideales para instalar en cualquier lugar sin tener que realizar una compleja instalación que conlleve un cableado.
Cámaras para interior y exterior
Es importante destacar que, cuando se habla de cámaras de vigilancia, existen modelos que están especialmente diseñados para su uso en interiores y otros tipos que se construyen para instalación en exteriores (con mayor resistencia a los elementos y agentes medioambientales como la lluvia, el viento o el polvo, entre otros).
Ventajas de las cámaras de vigilancia autónomas
Son muchas las ventajas que proporcionan las cámaras autónomas para videovigilancia, entre las que podemos destacar.
Evitar la dependencia de un tercero
Estas cámaras no requieren de la red eléctrica y de una conexión a internet por wifi o Ethernet, por lo que son independientes de los proveedores de servicio.
Esta independencia es ideal para que el sistema de videovigilancia sea autónomo y no esté sujeto a la disponibilidad de un servicio que está en manos de un tercero.
Reducción de costes
Las cámaras de videovigilancia con alimentación mediante energía solar son ideales para reducir la factura mensual de la luz. Son capaces de generar de forma autónoma la energía que necesitan para funcionar, por lo que su impacto en el consumo habitual de electricidad será nulo, ayudando a reducir los gastos.
Ayudar al medioambiente
Este tipo de cámaras autónomas utilizan energía verde y no contaminante, lo que ayuda a cuidar del entorno y al desarrollo sostenible.
Facilidad de instalación y configuración
Con un sistema de seguridad basado en cámaras de vigilancia autónomas, el proceso de instalación será mucho más rápido y sencillo al no requerir de un cableado para su funcionamiento (se evita tanto la infraestructura para la conexión eléctrica como la de internet).
Flexibilidad y portabilidad
Este tipo de cámaras pueden ser instaladas en lugares remotos o de difícil acceso, lo que las convierte en una solución eficaz para la vigilancia en áreas rurales o exteriores.
Por ejemplo, para cubrir las zonas exteriores de una fábrica, este tipo de dispositivos permiten crear un sistema de forma rápida y sencilla que cubra todo el perímetro (sin tener que enfrentarse a complejas instalaciones).
Funcionamiento ininterrumpido
Gracias a que emplean baterías recargables, y que esa recarga se realiza con energía solar, estas cámaras pueden seguir operando incluso durante cortes de energía, asegurando una vigilancia continua y constante.
Utilizar cámaras de vigilancia autónomas es clave en cualquier sistema de seguridad actual, pues permiten que se realicen muchas de las tareas más importantes de forma eficiente y automática, sin la necesidad de la intervención de un operario o vigilante.
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