Diseño e Instalación de Equipos ATEX

El diseño e instalación de equipos para trabajar en áreas con atmosferas explosivas tiene que cumplir en el ámbito europeo la Directiva ATEX, una normativa específica orientada a garantizar la calidad y la seguridad de determinados productos y equipamientos que se tienen que utilizar en entornos donde es posible una explosión debido a que se manipulan sustancias inflamables.

La clasificación del equipo apto para trabajar en las diferentes zonas se establece conforme a niveles de criticidad (es lo que se conoce como zonas ATEX), y el riesgo de explosión se materializa cuando accidentalmente esa sustancia explosiva entra en contacto con el aire, existiendo el riesgo de que, tras una ignición accidental, se produzca una deflagración que puede afectar a las personas y a los equipos allí presentes.

La normativa ATEX afecta tanto a los equipos de trabajo que están presentes en esa zona de riesgo, que tienen que estar construidos con criterios de resistencia para no provocar explosiones, como los equipos de protección individual y herramientas que utilicen los trabajadores, ya que tienen que ser eficaces para prevenir los daños de una posible explosión.

¿Qué es la normativa ATEX?

La normativa ATEX tiene su origen en la Directiva Europea 94/9 CE, que regula los requisitos que deben cumplir los aparatos, componentes y los equipos de protección eléctricos, mecánicos y electrónicos para asegurar un nivel de resistencia frente a explosiones. Esta normativa entró en vigor en julio de 2003 y se estableció un periodo transitorio de tres años para que los equipos fabricados antes de ese año se pudieran adaptar a las nuevas exigencias.

En abril de 2016 se aprueba la Directiva 2014/34/UE, que deroga a la anterior directiva 94/9 CE. Esta normativa se aplica a todos los fabricantes de productos, componentes o equipos de protección que se tengan que emplear en zonas ATEX. Dentro de esos productos estarían incluidos también todos los equipos eléctricos y mecánicos, así como sus componentes.

Esta directiva es de plena aplicación en los sistemas de seguridad para naves industriales donde se den las circunstancias para que se pueda producir una atmósfera explosiva como por ejemplo naves de almacenamiento de grano o almacenamiento de minerales pulverulentos explosivos.

Se incluyen expresamente los dispositivos de control que, aunque estén fuera de ese entorno explosivo, sirvan para garantizar el correcto funcionamiento de los aparatos y equipos de protección que sí lo están.

Solo se pueden comercializar o distribuir aparatos y sistemas de protección para entornos ATEX si cuentan con el marcado de conformidad CE. El marcado CE implica que el aparato está construido conforme a las normas de seguridad y salud que rigen la Unión Europea. Los productos deben cumplir los procesos de evaluación que se establezcan y además deben incluir un completo manual de instrucciones que sea entendible por los usuarios. Como ejemplo, podríamos citar las cámaras a prueba de explosiones que se utilizan para vigilar en estos entornos ATEX..

Disponer de un equipo con certificación ATEX garantiza que si en el interior del mismo se produce una posible causa de elemento desencadenante de una explosión (punto caliente o arco eléctrico) en un área de riesgo, no resulta posible que la misma prospere al exterior del recinto o carcasa del dispositivo. Hay que tener en cuenta que para que se produzca una explosión han de coincidir tres circunstancias: existencia de una sustancia combustible (gases, vapores, polvo, niebla), existencia de un comburente (oxigeno del aire) y la presencia de una fuente de ignición capaz de provocar la reacción entre combustible y comburente.

Obviamente, no resulta posible impedir la existencia del combustible y el comburente en las áreas protegidas, por lo que el objetivo de la protección del riesgo se enfoca en la imposibilidad de propagación o existencia de la fuente de ignición.

La normativa ATEX intenta garantizar la seguridad en actividades donde existen riesgo de explosiones, como la minería, la industria química o petrolera. También en centros logísticos y de producción donde estén presentes sustancias potencialmente explosivas.

El fabricante tiene que demostrar que el comportamiento de estos aparatos es adecuado en zonas con riesgo explosivo. En función del nivel de peligro y exposición a ese riesgo se exigirán requisitos más o menos estrictos para poder valorar su conformidad.

La normativa ATEX 137 es una Directiva europea que viene a complementar a la Directiva 2014/34 en el ámbito de la protección de la salud y seguridad en el trabajo. Se establecen los requisitos mínimos para preservar la seguridad de los trabajadores. Se deben identificar y clasificar las zonas en las que pueda existir un riesgo de explosión, y se debe señalizar para que todos lo sepan.

También se establece una clasificación de los equipos de protección individual que está asociada al nivel de riesgos que existen según las distintas zonas ATEX que fija la directiva 2014/34.

Clasificación de zonas ATEX

Uno de los puntos más importantes para el Diseño e Instalación de Equipos ATEX es la clasificación de la zona ATEX que dependerá de dos parámetros fundamentales. El primero sería el tipo de sustancia que puede provocar esa atmósfera explosiva. Se distinguen cuatro tipos: gas, vapor, niebla o polvo.

El segundo sería el grado de presencia de esa atmósfera explosiva: ocasional, que solo aparece en circunstancias concretas; esporádica, cuando aparece de forma no previsible. También se tendría en cuenta aquí la duración de la atmósfera explosiva desde que se detecta hasta que se elimina por completo.

Diseño e Instalación de Equipos ATEX

Basándose en estos parámetros, se establece una clasificación de zonas ATEX.

Zona 0

En esta tipología de zona de trabajo, la atmósfera explosiva es permanente y se prolonga durante todas las operaciones que se realicen en ellas. Un ejemplo sería los almacenes en los que se depositan sustancias inflamables. El riesgo ATEX es continuo.

Zona 1

Es aquella zona de trabajo en la que existe una alta probabilidad de que aparezca una atmósfera ATEX cuando se trabaja en circunstancias normales. Cuando aparece la atmósfera explosiva, esta se mantiene durante un breve periodo de tiempo. Un ejemplo lo encontramos en centros de trabajo donde se manipula ocasionalmente un líquido inflamable.

Zona 2

Sería aquella zona de trabajo en la que, en condiciones normales, no se va a producir una atmósfera explosiva. Solo se daría en circunstancias muy puntuales y durante un breve periodo de tiempo cuando se desarrollen algunas operaciones que pueden provocar alguna fuga no esperada.

Zona 20

En estas áreas de trabajo, la atmósfera explosiva proviene de nubes de polvo que están permanentemente durante el transcurso de los trabajos habituales. Además, la atmósfera explosiva se prolongaría en el tiempo.

Zona 21

La atmósfera explosiva se puede producir ocasionalmente y en forma de nube de polvo, durante el transcurso normal de los trabajos.

Zona 22

En condiciones normales, en la zona de trabajo no es probable que se formen atmósferas explosivas en forma de nube de polvo.

El objetivo de toda esta normativa es velar por la seguridad en los entornos de trabajo con riesgos de explosión. El diseño e instalación de equipos ATEX tiene que cumplir con unos requisitos técnicos más complejos que los que no están preparados para este tipo de centros de producción.

Además de la normativa ATEX europea a nivel mundial es aplicable la normativa IECEx que es un equivalente de la normativa ATEX de obligado cumplimiento en Europa pero promulgada por la International Electrotechnical Commission (IEC).

La principal diferencia entre ambas es que la normativa ATEX es aplicable y de obligado cumplimiento para países de la Unión Europea, mientras que la certificación IECEx es aceptada globalmente. Si bien es habitual que cualquier producto disponga de las dos certificaciones ya que normativamente regulan protecciones similares en áreas de riesgo especificas. Este es uno de los puntos más importantes del Diseño e Instalación de Equipos ATEX.