Tener clara cuál es la normativa española en proteccion de instalaciones fotovoltaicas es uno de los primeros pasos que hay que dar cuando se trata de poner en marcha un proyecto de energías renovables.
¿Qué es la normativa de protección de instalaciones fotovoltaicas en España?
Es aquella que se encarga de garantizar la seguridad de las personas, los bienes y las propias instalaciones. Para ello, establece una serie de requisitos técnicos y administrativos que hay que cumplir en el diseño, instalación y mantenimiento de los sistemas solares fotovoltaicos.
Los elementos clave en la protección de estas instalaciones incluyen:
- Protección contra sobrecorriente. Dispositivos como los magnetotérmicos protegen la instalación frente a las sobrecargas y los cortocircuitos.
- Protección contra sobretensiones. Los dispositivos de protección contra sobretensiones se encargan de proteger la instalación de picos de tensión que pueden llegar a dañar los equipos electrónicos.
- Aislamiento. Los componentes deben estar correctamente aislados para evitar contactos eléctricos.
- Puesta a tierra. La instalación tiene que estar conectada a tierra para garantizar la seguridad en caso de fallo.
- Protección contra rayos. En zonas con alta actividad eléctrica, se pueden instalar sistemas de protección frente a los rayos para evitar daños en la instalación.
- Protección de la propia instalación mediante un sistema de alarma.
Normativas vigentes para instalaciones fotovoltaicas en 2025
La regulación de la energía fotovoltaica está recogida en el Real Decreto 1955/2000, que establece las directrices para el transporte, distribución y comercialización de la electricidad que generan este tipo de instalaciones. También detalla los procedimientos de autorización para asegurar que cada proyecto se ajuste a los estándares técnicos y de seguridad requeridos.
Además, hay que tener especialmente en cuenta la Orden del Ministerio del Interior 316/2011, de 1 de febrero, referida al funcionamiento de los sistemas de alarma en el ámbito de la seguridad. Porque la normativa que regula los sistemas de protección de las instalaciones fotovoltaicas es la misma que establece los grados de seguridad en alarmas. En concreto, las instalaciones de seguridad de grado 2.
Obligaciones legales en la protección de sistemas fotovoltaicos
Para proteger las instalaciones fotovoltaicas debe recurrirse a un sistema de alarma de grado 2, dirigido a instalaciones con un riesgo de bajo a medio y que ofrece protección en entornos con amenazas moderadas.
Estos sistemas requieren métodos de verificación como secuencial, video, audio y personal para confirmar la autenticidad de las alarmas. Por lo que se refiere a los equipos utilizados, estos deben ajustarse a los estándares básicos de calidad para manejar riesgos moderados.
El objetivo es proporcionar una protección eficaz frente a intrusos que tienen ciertos conocimientos técnicos y cuentan con herramientas básicas.
Requisitos técnicos y de seguridad para cumplir con la ley española
Los sistemas de alarma de grado 2 deben cumplir una serie de requisitos para asegurar su eficacia y fiabilidad a la hora de proteger instalaciones que tienen un riesgo de bajo a medio.
En estos casos hay que tener en cuenta la normativa:
- UNE-EN 50131. Sobre los requisitos generales que tienen que cumplir los sistemas de alarma de intrusión, incluyendo la instalación y el rendimiento tanto de los detectores como de los sistemas de comunicación.
- UNE-EN 50136. Referida a los requisitos de transmisión segura y fiable de las señales de alarma.
- UNE-EN 50132. Establece cuáles son los requisitos para sistemas de videovigilancia aplicables en aquellos casos en los que se utilizan en combinación con el sistema de alarma.
La normativa exige que los sistemas de alarma de grado 2 que se usan para la protección de instalaciones fotovoltaicas incluyan verificación de alarmas a través de métodos como la verificación secuencial, el video, el audio o personal.
Además, es necesario llevar un libro-registro que detalle las alarmas que se han producido, documentando tanto las incidencias como las acciones llevadas a cabo ante las mismas.
Junto a lo anterior, debe haber un mínimo de dos operadores capacitados para gestionar las alarmas de forma adecuada. Dando una respuesta efectiva y coordinada ante cualquier evento de riesgo que se pueda producir.
Soluciones tecnológicas para la protección
Estos sistemas de alarma tienen los siguientes componentes esenciales:
- Panel de control. Es el “cerebro” del sistema, se encarga de procesar la información que recogen los sensores y controla las acciones del sistema.
- Sensores de movimiento. Detectan si hay movimiento en áreas protegidas a través de tecnología como las infrarrojas pasivas o las microondas.
- Sensores de apertura. Se colocan en puertas y ventanas y detectan las aperturas no autorizadas.
- Sirena. Emite una señal de alerta sonora que cumple la doble misión de disuadir a los intrusos y alertar al equipo de seguridad.
- Capacidad de control remota. Estos sistemas de alarma se pueden manejar de forma remota a través de aplicaciones para el móvil.
- Conexión a central receptora de alarmas. Esta conexión permite monitorear el sistema y responder a las alertas en cualquier momento.
El funcionamiento de estos sistemas es sencillo. Cuando los usuarios no están en la instalación se arma el sistema. Es decir, el panel de control se activa y está listo para recibir las señales de los sensores.
Si un intruso entra en la propiedad, los sensores de movimiento o de apertura detectan su presencia. Si se confirma la intrusión, salta la alarma y se envía una alerta a la central, que se encargará de analizar la situación y dar la respuesta adecuada.
La normativa española en protección de instalaciones fotovoltaicas es clara, y determina que en estos casos hay que usar un sistema de alarma de grado 2, con todo lo que esto implica. Si necesitas diseñar o reforzar la seguridad en tu instalación fotovoltaica, en Microsegur estamos a tu disposición, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
